viernes, 7 de noviembre de 2008

Yo siempre fui "de gatos"

Yo siempre fui "de gatos".

Conozco bastante sus reacciones. Sé identificar muchos tipos de maullidos. Intuyo cuando están nerviosos o cuando planean enroscarse en mis piernas antes incluso de que se muevan o me miren. Conexión animal, qué sé yo. Nunca tuve un perro.

Pero, en menos de 6 meses, han llegado unas extrañas a mi vida. Primero Lina, una perrita de caza vivaracha y muy inteligente que llegó a casa con una horrible marca de alambre en el cuello. Nos la quedamos sólo durante un fin de semana que dura hasta la fecha. Hace unos días Tula, una cachorrita grande de ojos verdes y nariz rosa. La recogí después de pasarse (a saber por qué) casi una semana en la puerta de casa.
















...y yo, toda mística, me pregunto si todo esto marca algún punto en mi vida, si mi carácter está cambiando. Después de ser un gato toda mi vida, me encuentro en una existencia de lo más perruna. Y no me refiero sólo a mis nuevas amigas...

8 comentarios:

la granota dijo...

Jolines, cualquiera les dice que no a esas preciosidades...

Yo, que soy "de bichos" en general, me gustan todos, hasta los humanos...

el trampero dijo...

Pues yo siempre he sido de animales raros, tal vez porque así soy yo, raro...
Desde hace dos años comparto avatares con una hurón alvina llamada "Dollyparton", sí, como la raina del country.
Cuando sea rico me compraré un dinosaurio, por ahora me conformo con animales que quepan en los bolsillos.

Besos!

el trampero dijo...

Por cierto, son preciosas.

JORDI dijo...

Pues a mi me ha pasado todo lo contrario. En casa de los abuelos siempre hubo perros.De todos los tipos, tamaños y colores. Pero en casa y desde hace... 8 años ( mas o menos )tenemos a Lua, una gata persa preciosa. A sido todo un descubrimiento el mundo de los gatos. Realmente no se que puede significar cambiar de perros a gatos o viceversa.Pero me suena mejor mi opción ja ja ja y no se porque...

RAMON MUNTAN dijo...

Es una buena reflexión Volare.

Así a bote pronto y para salir de la tradicional distinción entre la libertad gatuna y la fidelidad de los cánidos, te diré que ser un gato o perro suena muy distinto si eres hombre o mujer.

Cuando hablamos de una gatita , le otorgamos connotaciones cariñosas a la chica... si en cambio es una perra, el morbo sube a niveles estratosféricos.

En el hombre cuando está soltero ser un gato es destilar un aire de libertad bohemia muy interesante, y un perrito faldero es aquel noviete que te sigue a todas partes como idem (que tampoco tiene porque estar mal del todo).


En cambio ambos dos se convertirán en unos perros de cuidado una vez casados, y no habrá quien los levante del sofá.

;)

Besos.

la granota dijo...

qué bueno, capi!

volare dijo...

Jajaja! Buenísimo, aunque no sé con cual de las opciones quedarme, la verdad. A mi esto me mosquea, así que mejor ni perros ni gatos...quizás un hurón estilo "Dollyparton" como el del Trampero. ¿A ese cómo lo clasificamos? :))

Jok dijo...

Yo fui perro y ahora soy gato. La frontera entre una cosa y otra es tan delgada... qué nunca se sabe.
De todas maneras siempre puedo ser un buen "vagabundo" si encuentro a mi "dama".